¿La economía de Bitcoin? ¿Te gustaría medir el valor de cada transacción de forma más precisa? ¿Te gustaría saber cuánto tiempo han estado BTC en manos de sus dueños antes de cambiarlos? Bueno, Ark Invest y Glassnode ha propuesto el nuevo marco de análisis: la economía de Cointime.
La economía de Cointime se basa en una nueva unidad de medida: el coinblock. Un coinblock es el resultado de multiplicar el número de BTC por el tiempo que han estado en una dirección. Así, se tiene en cuenta el factor temporal a la hora de valorar las transacciones, dando más peso a las que provienen de hodlers (los que guardan Bitcoin a largo plazo).
Con este método, se puede obtener una visión más completa y realista del estado de la red Bitcoin, su oferta, su demanda y su liquidez. Además, se puede comparar el coinblock con otras variables económicas, como el indicador de sentimiento, el PIB o la inflación, para entender mejor el impacto de Bitcoin en el mundo.
Bitcoin es simplemente un código que representa una tasa de cambio. Su precio se establece con la oferta y demanda. Entonces, lo más sensato es hacer análisis y pronósticos basados en estudios de su oferta y demanda.
En lo personal, estoy muy contento de que Ark Invest y Glassnode hayan desarrollado una métrica así. En este espacio, hace mucha falta que gente seria realice estudios de manera profesional. Este es un espacio dominado por las minorías y prácticamente un fenómeno que nació de las redes sociales. A muchos en este espacio les encanta depender de los rumores, las redes sociales, los influencers, los gurús, los astrólogos, los tarotistas, los sueños, las señales divinas… para hacer sus pronósticos. Estas fuentes no son muy confiables ni precisas. De hecho, pueden ser muy engañosas y manipuladoras.
Uno de los métodos de análisis y predicción más comunes en este espacio es usar con una fe bastante ciega los patrones pasados para hacer proyecciones. O sea, se recurre a las glorias pasadas. Por lo general, se señala que Bitcoin ha crecido mucho en el pasado. Y eso significa que crecerá en el futuro de la misma manera. El método es simple. Se anotan distintos años y los distintos precios para recordarle a los inversores potenciales los incrementos espectaculares del pasado.
Otro método es trazar a lo loco líneas en un gráfico… repitiendo el patrón en los años futuros. Luego, todo eso se coloca en forma de meme y se comparte con una cuenta anónima de nombre curioso para que se haga viral. Así, se crea una ilusión de certeza. Claro que, estos métodos no tienen ninguna base científica ni lógica. De hecho, pueden ser muy peligrosos y erróneos.
Pensemos en el modelo Stock/flow popularizado por el influencer PlanB. Este método tiene un seguimiento de culto. La gente cree en él… cometa errores o no. Es muy simple. De pronto, a eso se debe su popularidad. El suministro y el flujo determinan el precio de Bitcoin. Punto y final. El error de ese modelo es evidente. Sobrestima la influencia del suministro y subestima la influencia de la demanda.
Imaginemos que dibujo algo en un papel. De pronto, mi obra es más escasa que la de Picasso. ¿Eso quiere decir que mi obra es más valiosa? Claro que no. El valor depende de lo que la gente esté dispuesta a pagar por ella. Y nadie pagaría mucho por mi garabato. Lo mismo pasa con Bitcoin. No basta con que sea escaso. Tiene que haber una demanda real y sostenida que lo respalde. El modelo Stock/flow se cae como un castillo de naipes.
La cointime es una métrica mucho más confiable porque se centra en el comportamiento de los usuarios. No depende del suministro o del flujo, sino que va más allá para analizar el grado de compromiso de los compradores y el número de vendedores que tienen las manos más sueltas.
Ese es un mercado compuesto de compradores y vendedores. Si podemos medir la disposición a vender, y luego usamos otras métricas para estimar la disposición a comprar, podremos realizar análisis más precisos y realistas.
La cointime se basa en el tiempo que cada moneda ha estado en una dirección sin moverse. Cuanto más tiempo, mayor es la cointime. Esto permite saber si los dueños de las monedas son fieles o infieles, si son hodlers o traders, si son pacientes o impacientes, si son optimistas o pesimistas, y si son humanos o bots.
Claro que la cointime no es una sola cosa. Hay diferentes tipos de cointime, según lo que queramos medir. Por ejemplo, el cointime total es la suma de todos los tiempos de todas las monedas. El cointime de las transacciones es el tiempo que las monedas han estado en movimiento. El cointime de los hodlers es el tiempo que las monedas han estado quietas. Con estos datos, podemos analizar la oferta y la demanda de Bitcoin.
Por ejemplo, si el cointime de los hodlers es alto, significa que hay poca oferta y mucha demanda. Si el cointime de las transacciones es bajo, significa que hay poca actividad y poco interés. También podemos comparar la cointime con otras métricas económicas, como el PIB, la inflación, el desempleo, etc. Así, podemos entender mejor el impacto de Bitcoin en el mundo.
Creo que esta medida es más útil si la usamos con otras medidas. Uno, para saber cómo se sienten los que tienen Bitcoin. Otro, para saber qué pasa con el dinero y la economía en general.
No basta con saber cuánto tiempo llevan las monedas en sus direcciones. También hay que saber qué piensan y qué sienten los dueños de esas monedas. ¿Están contentos o tristes? ¿Están confiados o asustados? ¿Están optimistas o pesimistas? Y también hay que saber qué pasa en el mundo. ¿Hay crisis o estabilidad? ¿Hay inflación o deflación? ¿Hay expansión o contracción? Y, sobre todo, hay que saber qué esperan los agentes económicos. ¿Esperan que Bitcoin suba o baje? ¿Esperan que las autoridades intervengan o no? ¿Esperan que el mercado se regule o se desregule? En fin, hay que saber un poco de todo. O, al menos, tener un poco de sentido común y criterio propio.