El dólar en el mundo: poder, refugio e inflación

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¿Por qué el dólar es la moneda más poderosa del mundo? ¿Qué lo hace atractivo para los argentinos?
¿Cómo afecta la inflación a su valor? Descubre las respuestas en este artículo.

El dólar es la moneda más poderosa del mundo, pero ¿cómo llegó a serlo y qué desafíos enfrenta en la actualidad? En este artículo, analizaremos los factores históricos, económicos y políticos que explican el dominio del dólar en el comercio internacional, la preferencia de los argentinos por el billete verde como refugio de valor y el impacto de la crisis inflacionaria norteamericana en el valor del dólar en el primer semestre de 2023.

El origen del poder del dólar
El dólar estadounidense es la unidad monetaria estándar predominante en que cotizan y se comercian los bienes y con la que se liquidan los pagos en los mercados mundiales de materias primas. En este último mercado, la influencia del dólar es tan fuerte que históricamente existe la regla de que ante un fortalecimiento del dólar baja el precio de las materias primas, debido a que es la divisa de referencia para la mayoría de commodities.

La clave para entender cómo el dólar se convirtió en la divisa por excelencia de las reservas está en la Segunda Guerra Mundial.
Antes de entrar en el conflicto, Estados Unidos era el principal proveedor de armas de los aliados, entre otros bienes.
La mayoría de los países le pagaban en oro y esto hizo que, para el final de la guerra, Estados Unidos fuera el mayor poseedor de este recurso y el resto de países tuvieran sus reservas diezmadas.

En 1944, integrantes de los 44 países aliados se juntaron en Bretton Wood, en New Hampshire, para diseñar un sistema para la gestión de las divisas y decidieron que ya no estarían vinculadas al oro sino al billete verde (que a su vez estaba vinculado al oro).
Como resultado, los países comenzaron a acumular reservas de dólares en lugar de reservas de oro y a comprar títulos del Tesoro de Estados Unidos para guardar sus dólares.

Al ser el dólar la divisa más utilizada en el mercado, funciona como punto de referencia para calcular el valor de las otras monedas. Así, entre más dólares necesites para comprar 1 sola unidad de otra moneda, más fuerte será.
Si requieres menos dólares, pues se le considera más débil.

Además, el dólar estadounidense es la moneda que se utiliza para denominar y saldar gran parte de las transacciones financieras internacionales.
Por ejemplo, si una empresa canadiense le quiere vender tablas de madera a una empresa constructora en Francia, el dinero tiene que pasar por un banco corresponsal en Estados Unidos que facilitará toda la operación para ambas partes.

El refugio argentino
Los argentinos tienen una relación especial con el dólar, que va más allá del simple intercambio comercial. El dólar es una moneda que ofrece estabilidad, liquidez y confianza frente a la inflación, la devaluación y la incertidumbre política que suelen afectar al peso argentino.
Los argentinos han vivido varias experiencias traumáticas con el peso, como la hiperinflación de los años 80, el corralito de 2001 y los sucesivos cepos cambiarios que limitan el acceso al dólar oficial.

Por eso, muchos argentinos ven al dólar como una forma de preservar el valor de sus ahorros, de protegerse de la pérdida de poder adquisitivo y de diversificar sus inversiones.
Además, el dólar es la moneda más aceptada en el exterior, lo que facilita las operaciones con proveedores y clientes internacionales o los viajes al extranjero.

Según algunos analistas, los argentinos buscan el dólar como refugio especialmente en épocas electorales, cuando hay mayor volatilidad e incertidumbre sobre el rumbo económico del país.
También influyen otros factores, como el pago de aguinaldos, las expectativas de cambio político o la escasez de otras alternativas de inversión.

El desafío inflacionario
El dólar, sin embargo, no es una moneda infalible ni inmune a los problemas económicos.
En el primer semestre de 2023, el dólar se debilitó frente a otras monedas, debido a la pérdida de dinamismo de la economía estadounidense y a la expectativa de una política monetaria más laxa por parte de la Reserva Federal (Fed).

La economía de Estados Unidos creció 1,1% durante el primer trimestre de 2023 y 2% durante el segundo trimestre, según los cálculos del BEA.
Estas cifras decepcionaron a los analistas, que esperaban expansiones de 1,4% y 2,5%, respectivamente.

El crecimiento económico se vio afectado por la escasez de suministros, la inflación y la variante delta del coronavirus, que frenaron la demanda interna y el comercio exterior.
El consumo, que representa dos tercios de la actividad económica, se desaceleró a un ritmo del 2% anualizado en el primer trimestre y del 2,8% en el segundo. La inversión empresarial también se moderó, mientras que el gasto público se contrajo en el primer trimestre y se recuperó en el segundo.

La inflación fue el principal problema que enfrentó la economía estadounidense en el primer semestre de 2023. El índice de precios al consumidor (IPC) alcanzó un máximo del 7% anual en diciembre de 2022 y se mantuvo por encima del 6% en los primeros meses de 2023.
La inflación fue impulsada por el aumento de los precios de la energía, los alimentos y otros bienes y servicios afectados por la escasez de oferta y la alta demanda.

La inflación elevada obligó a la Fed a cambiar su discurso y a reconocer que ya no era un fenómeno transitorio sino persistente. El presidente de la Fed, Jerome Powell, anunció que aceleraría el ritmo de reducción de las compras mensuales de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, que pasaron de USD 120.000 millones a USD 60.000 millones entre enero y junio.
Además, Powell anticipó que podría empezar a subir las tasas de interés a finales de 2023 o principios de 2024, si la inflación no se moderaba.

Estas medidas fueron insuficientes para contener las presiones inflacionarias y para fortalecer al dólar frente a otras monedas.
El índice dólar, que mide el desempeño del billete verde frente a una canasta de seis divisas principales, cayó un 4% en el primer semestre, tocando su nivel más bajo desde junio de 2022.

El dólar se depreció especialmente frente al euro, que se apreció un 5% frente al dólar en el primer semestre, beneficiado por la recuperación económica de la zona euro y por el avance de la vacunación contra el covid-19.
El dólar también perdió terreno frente al yen japonés, que se fortaleció un 3% frente al dólar en el mismo período, apoyado por la demanda de refugio seguro ante las tensiones geopolíticas y los temores por la pandemia.

El dólar enfrenta así un desafío inflacionario que amenaza su poder y su valor en el mundo.
La Fed tendrá que actuar con prudencia y eficacia para evitar que la inflación se descontrole y que el dólar pierda credibilidad y confianza.

Si quieres saber más sobre el dólar y su rol en la economía mundial, te invito a visitar mi blog personas y seguirme en las redes sociales.

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